Como ya habréis notado, hay varios temas recurrentes en el blog: Siempre vuelvo al crimen, a la novela negra y... en efecto, a los animales. Pero ésta es una historia atípica y compleja, un relato fuera de lo común que logrará desgarraros el alma y dejar las marcas de sus pezuñas impresas en vuestra piel.
"Esta es la historia de Bobi y Bobi no es un niño cualquiera: ha nacido con unas robustas y orgullosas patas de perro. En casa duerme en el suelo, no lleva zapatos y es alimentado con carne cruda. En el colegio es objeto de burlas y agresiones físicas. Durante algún tiempo es convertido, incuso, en una dolorosa atracción de circo. Y sin embargo hay algo en Bobi, mitad perro, mitad humano, que nunca termina de ser domesticado. Un libro que durante años ha sido secreta lectura de culto. Una feroz alegoría de la discriminación y la exclusión social en las sociedades modernas. Un tour de force. Una brava novela."
Intentad poneros en el lugar de Bobi: Vives en un mundo donde sientes que no correspondes, donde eres diferente y te ves rechazado por ello. ¿Hace falta tener patas de perro para vivir una situación semejante? Por supuesto que no, y esa es la mayor realidad que esconde ésta novela. Cualquiera de nosotros pudo ser Bobi.
Pero el drama de su historia va mucho más allá de la aparente fantasía de su cuerpo. Bobi es maltratado, vejado, ignorado, discriminado tanto por personas como por los perros, quienes le ven como un monstruo, una criatura extraña que no pertenece a los suyos pero que tampoco es uno de los hombres. En la escuela no tiene amigos, todos se ríen de él y hasta su profesor lo trata como a una bestia de circo, con el que jugar y entretenerse. ¿Cómo va a usar los baños un perro? ¿Cómo va a sentarse a comer a la mesa un perro? Y Bobi, que vive agachando la cabeza, replantea sus propias cuestiones. ¿Y si en realidad me gusta más dormir en el suelo, como los perros? ¿Qué soy? ¿Podré casarme algún día?
Lo interesante de la novela es la bondad que, pese a todo, demuestra su protagonista. Bobi no pierde la fe y se escapa en múltiples ocasiones a intentar rescatar a los perros de las calles, a soltar sus cadenas y concederles la libertad aún cuando esto le lleve a meterse en más de un problema. Es un personaje puro atrapado en un mundo oscuro, aunque en palabras del autor sea justo lo contrario: Bobi ha caminado tanto tiempo en las sombras que ya no las teme, porque sabe moverse entre ellas.
"El perro no nació para ser atado con cadenas y encerrado entre rejas, tú te has dado cuenta de ello y te has revelado (...) Por eso te cogen y te golpean, que es un modo de suprimir poco a poco, pero antes tapian tu boca para que no puedas respirar, para que ellos no puedan escuchar que estás respirando, que estás respirando vida y no muerte, como ellos."A la obra tampoco le faltan referencias a otros tantos grandes autores, y es que el padre adoptivo de Bobi no deja de recomendarle modelos en los que poder encontrar respuestas a sus preguntas, gente capaz de hacerle sentir válido y menos incomprendido. Aunque también nos encontraremos personajes que le ayuden a escapar de sus miserias o le ofrezcan un asilo cuando el resto de su vecindario parece ir a echársele encima, como el ciego Horacio, también cargado de sabiduría e interesantes lecciones. Personajes condenados a convivir con el drama y el horror, testigos, al igual que nosotros, de todo el dolor que imparable se va abriendo paso a lo largo de la novela hasta sacudir con contundencia nuestra conciencia.
El escritor que no escribe por la justicia es un despojador de los débiles, un ladrón. Digo más: Es un despojador de los pobres y su crueldad es tanta como la crueldad de un mal rico. — Carlos Droguett
Y finalmente llega el homenaje al perro, parte esencial de la novela aunque quede difuminado por su fuerte carga social y reivindicativa. Droguett llega a afirmar que la única virtud del ser humano es ser el mejor amigo del perro, y con ésta contundente frase creo que se resume absolutamente toda la esencia de la obra.
Como contra, su escasez de diálogos. Aunque la prosa de Droguett me parece sublime y absorbente, es obvio que sin sus diálogos debidamente señalados resulta una lectura mucho más densa, de las que necesitas tener sin que nada ni nadie pueda interrumpirte y sentándote para disfrutar de un buen rato de lectura, nada de diez minutos. Me encantó su forma de escribir pero sufrí mucho intentando sacar mis ratos para disfrutar de la historia con calma, concentrándome en lo que leía para no pasar por alto los cambios de personaje, quién toma la palabra o quién abandona la escena.
La edición es una impecable pasta dura con el canto de las páginas (303 en total) en gris claro, ese toque de color tan personal al que nos tienen acostumbradas las obras de ficción publicadas por la editorial. Además incluye un prólogo de la mano de Lina Meruane, una introducción muy acertada con la que empezar a leer con los dientes bien afilados.
Patas de perro es un homenaje a las diferencias y a la importancia de aceptarse con todas y cada una de ellas, sin importar cuántas batallas se deban librar de por medio.
¡Feliz Carnaval!